El ozono (O3) es un componente natural del aire limpio y seco, como el nitrógeno, oxígeno, argón, etc., en una proporción de 0,000002% en volumen, existiendo en la atmósfera (190 x 10.000.000) tm. Sus características químicas, nos lo presentan como un gas inestable.
Algunos de los gases que componen el aire tienen una misión específica que cumplir. En el caso del ozono, su función es eliminar los agentes contaminantes que no formen parte del aire limpio y seco. Esta formado por tres átomos de oxígeno y por tanto, es uno de los oxidantes más potentes que se conocen, con la capacidad de eliminar no sólo virus, sino también un amplísimo rango de otros microorganismos contaminantes. Según la OMS, el ozono es el desinfectante más eficiente para todo tipo de microorganismos. Esta demostrado que es al menos diez veces más potente que el cloro.
También actúa sobre los constituyentes de los ácidos nucleicos (ADN y ARN), provocando la ruptura de enlaces carbono-nitrógeno, lo que da lugar a una despolimerización, de especial interés en el caso de desactivación de todo tipo de virus. Los microorganismos, por tanto, no son capaces de desarrollar inmunidad al ozono como hacen frente a otros compuestos.
En conclusión, el ozono es eficaz en la eliminación de bacterias, virus, protozoos, nematodos, hongos, agregados celulares, esporas y quistes. Por otra parte, actúa a menor concentración y con menor tiempo de contacto que otros desinfectantes.
El ozono es ampliamente usado en la potabilización de aguas, riegos, sanitización de cultivos, esterilización de semillas, desinfección de cámaras frigoríficas y automoción.
Así, su utilización es habitual para:
• Desinfectar aire (salud ambiental).
• Desinfectar agua.
• Esterilizar locales médicos (quirófanos, laboratorios, ambulancias).
• Desinfectar alimentos, superficies y maquinaria en industrias alimentarias (higiene y seguridad alimentaria).
• Además, de mantener desinfectado almacenes, máquinas, equipos e instalaciones de la industria.
Puede ser utilizado como sistema de desinfección en continuo.
Actúa rápidamente y es efectivo aún en bajas concentraciones.
Ecológico y 100% natural. Desaparece fácilmente sin generar sustancias peligrosas que puedan perjudicar la salud y/o el medioambiente.
En concentraciones recomendadas para su efecto biocida no causa deterioro en los materiales.
Tiene un bajo costo. Es seguro y de fácil manipulación y aplicación.
No genera contaminación química dado que se desintegra a temperatura ambiente.
Elimina olores y contribuye a propiciar un ambiente limpio.
Su empleo no está prohibido en presencia de personas y alimentos.
Disminuye la cantidad de personal de limpieza.
No interrumpe ni retrasa el trabajo cotidiano de limpieza.
No es necesario utilizar productos químicos nocivos.
Destruye los elementos inorgánicos, como nicotinas, alquitranes, amoniacos, etc.
Se aplica en tiempos mínimos sin necesidad de presencia humana.
Dado su gran poder oxidante, es el mejor bactericida, viricida y germicida.
Produce oxigenación e higiene completa en la habitación.
En el estado gaseoso puede alcanzar y desinfectar los conductos de aire y los lugares impermeables.
El ozono se revela también como oxidante de otros productos químicos muy tóxicos, como es el caso del monóxido de carbono (CO), al cual que convierte en dióxido de carbono (C02) no perjudicial para la salud, o el de los plaguicidas utilizados para controlar la aparición de insectos o roedores.
Posee plazos de seguridad cortos.
No afecta las características organolépticas de los alimentos, ya que actúa únicamente en superficie.
El ozono es el único antiséptico completo y es eficaz en la eliminación de bacterias, virus, protozoos, nematodos, hongos, agregados celulares, esporas y quistes (Rice, 1984; Owens, 2000; Lezcano, 1999). Por otra parte, actúa a menor concentración y con menor tiempo de contacto que otros desinfectantes como el cloro y el dióxido de cloro. Destruye fácilmente los gérmenes patógenos como el Escherichia Coli y la Salmonella en el ambiente, impidiendo la aparición de mohos y otros hongos.
El principal modo de acción del ozono es la oxidación directa de la pared celular causando su ruptura y propiciando así que los constituyentes celulares salgan al exterior de la célula. Los microorganismos, por tanto, no son capaces de desarrollar inmunidad al ozono como hacen frente a otros compuestos.
Además, el ozono oxida sustancias citoplasmáticas, mientras que el cloro únicamente produce una destrucción de centros vitales de la célula, que en ocasiones no llega a ser efectiva por lo que los microorganismos logran recuperarse (Bitton, 1994).
El ozono posee un efecto bactericida y una de sus ventajas más importantes respecto de otros de igual tipo, es que su efecto se pone de manifiesto a bajas concentraciones (0,01 p.p.m. o menos). La diferencia entre un efecto bactericida y un efecto bacteriostático reside en que un agente bactericida es capaz de matar a las bacterias y sin embargo, un agente bacteriostático no llega a matarlas pero si les impide reproducirse, frenando rápidamente el crecimiento de sus poblaciones.
Los virus, hoy considerados frontera entre los seres vivos y la materia inerte, no son capaces de vivir ni de reproducirse si no es parasitando células a las que finalmente destruyen. A diferencia de las bacterias, los virus siempre son nocivos y provocan enfermedades tan comunes como la gripe, el catarro, el sarampión, la viruela, la varicela, la rubéola, poliomielitis, hepatitis, entre otras.
El ozono actúa sobre los virus oxidando las proteínas de su envoltura y modificando así su estructura tridimensional. Al ocurrir esto, el virus no puede unirse a ninguna célula hospedadora, resultando inhibido. Sin reconocer su punto de anclaje y al encontrarse desprotegido, no puede reproducirse y muere.
El efecto fungicida del ozono elimina los hongos que pueden provocar enfermedades. Existen diferentes tipos de hongos, algunos pueden provocar enfermedades y otros son capaces de ocasionar alteraciones en los alimentos, haciéndolos inaceptables para su consumo, como es el caso de moho.
Existen algunos hongos y bacterias que cuando las condiciones son adversas para su desarrollo, fabrican una gruesa envoltura alrededor de ellas y paralizan su actividad metabólica, permaneciendo en estado de latencia. Cuando las condiciones para su supervivencia vuelven a ser favorables, su metabolismo recupera la actividad.
Estas formas de resistencia se conocen como esporas y son típicas de bacterias tan patógenas como las que provocan el tétanos, la gangrena, el botulismo o el ántrax.
Este tipo de mecanismo de resistencia hace muy difícil luchar contra ellas y tratamientos útiles en otros casos como las altas temperaturas y multitud de antimicrobianos, se vuelven ineficaces en estos casos. Sin embargo, con la ozonización son eliminados radicalmente.
Algunos de los microorganismos, como la Giardia lamblia o el Cryptosporidium, causantes de diarreas, habitan prácticamente en todas las aguas que no dispongan de tratamiento por ozono. Podemos considerar al ozono como el único desinfectante válido para su eliminación.
Un prión es una partícula infecciosa formada por una proteína denominada priónica, que produce enfermedades neurológicas degenerativas transmisibles tales como la tembladera, la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob y la encefalopatía espongiforme bovina.
La ozonización elimina esta forma de contagio en todo tipo de ambientes, evitando así posibles daños celulares.
Nuestras cabinas sanitizantes cumplen con lo establecido por Adelo (Asociación Argentina del Ozono) y sigue las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre las condiciones adecuadas de concentración y tiempos de exposición.
La normativa emitida por la OMS establece una concentración máxima de ozono en aire, para el público en general, de 0,05 ppm (0.1 mg/m³).
El uso de ozono como biocida esta también autorizado por la Directiva 98/8/CE del Parlamento Europeo.
Armor Ozone cumple con los estándares más altos de calidad de acuerdo a las normativas y recomendaciones de los principales organismos de salud mundial y asociaciones de ozonoterapia.